En la entrada anterior hablaba de cómo cuidar y manejar el pelo fino. Veamos qué hacer con el caso contrario: el cabello cuyas hebras son gruesas.
Este tipo de cabello se relaciona en muchas ocasiones con pelo poco sano o difícil de manejar. No es cierto. Con los productos y técnicas adecuadas puede mantener una definición igual de bien que el fino, y tener un aspecto saludable.
El cabello grueso también suele estar seco. Tiendee a necesitar una humedad extra y también pierde la hidratación rápidamente, mientras que las puntas se secan y se parten mucho más fácilmente que otros tipos de cabello. Lógicamente, esto tiene sentido, ya que si la hebra de cabello tiene un ancho mayor, requerirá más aceites para mantenerla acondicionada, tal vez más aceites de los que el cuero cabelludo puede producir naturalmente. Mientras que alguien que no tiene cabello grueso probablemente no tenga problemas para mantener sus hebras hidratadas, de hecho, incluso podría quejarse de tener el pelo graso.
Sea cual sea tu tipo de cabello la clave para mantenerlo sano y controlarlo es:
- Conocerlo bien
- Conocer los productos que utilizas
- Saber qué debes evitar
Muchas personas están genéticamente predispuestas a tener el cabello grueso. Es, simplemente, un tipo de textura que muchas personas comparten. Cuando dermatólogos y peluqueros lo definen, hablan de una mayor circunferencia de la hebra, nada de una textura más dura o más dificultad en su manejo. Al enrollar una hebra de cabello grueso sobre tu dedo, podrás sentir su grosor. Se ve y siente más grueso que un hilo de coser estándar.
Además de estar genéticamente predispuesta al pelo grueso, hay algunas cosas como el desbalance hormonal, o uso de ciertos medicamentos y plantas que pueden engrosar la hebra capilar y hacerlo diferente.
El uso de acondicionador en este tipo de cabellos es imprescindible. Además de ser la base del Método CG, cierra la cutícula y sella la hidratación, recuperando así la forma natural de la hebra. Si quieres añadir peso y restar volumen, puedes usar sérums o aceites al finalizar tu rutina, o productos que los contengan.
Aunque no sigas el Método CG, evita los productos que contengan alcoholes secantes. Estos ingredientes absorben la humedad de tu cabello y lo encrespan.
Duerme sobre una funda de almohada de seda/raso. Este tipo de tejido que resbala, protege tu cabello (además de tu piel) ya que evita el roce y no absorbe humedad, disminuyendo así el encrespamiento.
Evita el secador a alta temperatura y, desde luego, planchas y tenacillas. El uso de herramientas con temperaturas altas harán que tengas el cabello más seco, con más frizz, y menos manejable.
No dejes de lado las hidrataciones profundas. El uso de una mascarilla semanal te ayudará a mantener la hidratación por más tiempo entre lavados y, usando la adecuada, añadirás el sellado que tu hebra necesita. Si las que tienes en casa son muy ligeras y se te quedan cortas, puedes probar a añadirles un poco de aceite. Usa productos hechos con manteca vegetal rica en nutrientes que acondicione y suavice el cabello sin añadir peso.
Evita los cepillos. Desenredar el cabello cuando está mojado y saturado de acondicionador es esencial para que no se parta y no se genere más frizz.