Llevo un par de meses dándole vueltas a si debería o no escribir este post. Finalmente me he decidido a hacerlo por dos motivos. Primero y principal, porque si es posible que ayude a una sola persona a sentirse mejor, habrá valido la pena, y en segundo lugar, siempre queda como recuerdo personal de mi camino, qué he hecho y cómo he llegado hasta aquí.
No soy nutricionista, ni pretendo ser ejemplo de nada. Solo quiero decir a aquellas personas que no creen poder, que se puede. Que si yo he podido, es porque se puede.
En primer lugar he de decir que no fui consciente de mi aumento de peso. Trabajaba de pie, muchas horas caminando con mucho esfuerzo físico y mental, así que cuando llegaba a casa no quería más que descansar. Nunca he hecho deporte en mi vida, no me ha atraído y nunca sentí la necesidad de hacerlo.
Tras una mudanza (una más de muchas), acabé de rebote en una clase de prueba de boxeo que, sinceramente, me sorprendió y gustó mucho. Fue en el Club de Boxeo Giovanni Jaramillo , cuyo ambiente se alejaba de lo que yo pensaba que sería un Club de Boxeo clásico. Comencé a ir de manera regular con mi marido y un amigo, y me empecé a sentir mejor.
Además, me regalaron un reloj Garmin que incuía un “plan” para empezar a correr desde 0 totalmente, para personas que no han corrido jamás y cuya actividad física es nula. Así que empecé caminando.
Al comenzar a hacer ejercicio y verme un poco mejor, lo siguiente fue hacer algunos pequeños cambios en la alimentación. He de dejar claro que ni estoy ni en ningún momento he estado a dieta. No he restringido ningún alimento y siempre he comido lo que me ha apetecido. Eso sí, siendo consciente de qué comía y qué quemaba. Con ayuda de la app myfitnesspal, empecé a ver cuántas calorías estaba consumiendo y, por otra parte, cuántas quemaba con mi actividad diaria. Me parece una app útil para darte cuenta de qué estás consumiendo realmente. Es fácil pensar “he cenado solo un poco de x, esto es poca cosa” y estar infravalorando mucho mucho el índice calórico de esos alimentos. Se le puede introducir un peso objetivo, y te indica las calorías a consumir diariamente para alcanzarlo. Es gratis y sencilla de usar.
Ha sido importante la práctica eliminación de productos procesados. De forma natural, empecé a cocinar más, cosas más sanas y con menos grasas y procesados.
Poco a poco (muy poco a poco) los paseos se convirtieron en intervalos de trote y finalmente, un año después, son más de seis kilómetros diarios corriendo.
No hay secretos. No hay milagros. No hay medicación quemagrasa. No hay cirugía. No hay atajos. Todo eso que todas hemos leído cientos de veces, resulta ser cierto: si introduces cambios poco a poco y no haces grandes restricciones, esos cambios llegarán a formar parte de tu rutina y verás resultados a largo plazo, sin efecto rebote.
En mi caso, no hubo un propósito, tampoco un plan de choque, ni una visita al médico, no hubo nada de eso. Solo deporte y un poco de control calórico, aunque es cierto que el margen de mejora era muy grande. Ahora ya no voy a boxeo, ya que me he mudado de nuevo, pero esos cambios que introduje durante 2021 han venido para quedarse. Ahora el deporte forma parte de mi día a día, y sentirme así de bien solo refuerza mis ganas de seguir haciéndolo.
Como he dicho antes, no pretendo ser ejemplo de nada, simplemente he querido contar que se puede hacer, yo lo he hecho. Sin cirugía, sin suplementos, sin dieta, comiendo carbohidratos, sin gastar dinero en nada.
Si alguien quiere hablar por privado conmigo del tema, si puedo ayudarte en algo, aquí me tienes.
34 kilos y sumando.